sábado, 3 de septiembre de 2011

Juegos de Guerra: Una breve historia y un pequeño comentario



Juegos de Guerra: Una breve historia
¿Cómo antiguas diversiones de los griegos se convirtieron en una indispensable herramienta de militares en siglo 21 (en inglés)

También muchos juegos de estrategia y de rol son utilizados por los jóvenes.

En realidad, estos juegos no son malos en sí mismos (depende del juego). Muchos de nosotros que jugamos de pequeños a imitar películas de guerra, que teníamos soldados de juguete e incluso batallones del ejército español, hoy defendemos la paz.

Lo malo, es el cúmulo de circunstancias que pueden convertir a unos juegos en negativos.

Un ejemplo cercano: 

A mí hijo le encantan los juegos de estrategia porque uno de sus hobbys es la Historia. Ha aprendido muchísima historia, entre otras lecturas, con estos juegos. Además ha desarrollado muchísimas otras cualidades con estos juegos. Y es un firme defensor de la paz.

Algunas de estas circunstancias se ven esbozadas en "De mayor quiero ser soldado".

Aún así, preferiría otro tipo de juegos.


Y tú. ¿cómo lo ves?



2 comentarios:

Blogmaníacos dijo...

Siempre me ha sorprendido que el tema estrella de los vídeojuegos sea la violencia; llámese juegos de estrategia, de guerra directamente, o de matar a viandantes en una ciudad.
¿Se basan en el supuesto de que todos llevamos un depredador dentro al que damos salida por estos medios?
En ese caso, casi son un servicio público.
Pero ¿y si no es así? ¿Y si en nuestro código genético no está ese factor?
El caso es que, como siempre, apelan para vender a lo más oscuro del ser humano, y lo que necesitamos ofrecerles a nuestros niños y jóvenes es algo bien diferente, creo yo.
Interesante debate el que abres.
Saludos.

Jesús Hernández dijo...

Bueno, hay juegos y juegos. Los hay que rayan y fomentan lo patológico. Esos serían los verdaderamente peligrosos. No obstante, lo realmente patológico, lo que podría causar mayores problemas sería la desatención gamiliar y el abandono mediante el intento de compra de cariño con estos juegos o cualquier cosa que trate de suplir el cariño.
La prohibición tampoco es la soluciòn. Conozco casos en los que ha sido contraproducente. Hay alternativas.
Un saludo